El término “aromaterapia” surge a finales de los años 20 del siglo pasado con el químico Gattefosé a raíz de investigar las propiedades del aceite de lavanda. La aromaterapia es un tratamiento donde se usan los aceites vegetales cuya finalidad no deja de ser la medicinal, usándose como modo terapéutico inhalándolo o aplicándolo a nuestra piel. La aromaterapia se suele usar para inflamaciones, infecciones o como fungicida. Alguno de los casos donde se aplica están en:
- Infecciones de la piel como psoriasis, acné, eczemas o para cicatrizar heridas.
- Infecciones y enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio.
- Cuadros depresivos, ansiedad, taquicardias o desequilibrios emocionales.
Algunos de los beneficios con los que cuenta la aromaterapia son:
- Aliviar dolores, gracias a que se usa como analgésico.
- Reduce estrés.
- Potencia nuestras defensas y actúa como antihistamínico.
- Evita que las células corporales envejezcan, debido a las propiedades antioxidantes de las plantas.
- Es un potenciador de la estimulación.
- Contrarresta la ansiedad, insomnio y la depresión.
Muchos médicos recomiendan esta técnica para complementarlo con el tratamiento médico correspondiente, como puede ser pacientes enfermos de cáncer, debido a la bajada de parámetros depresivos y de estrés ayudándolos de este modo a la mejora del estado psíquico y su calidad de vida. La aromaterapia potencia e influye en el sistema inmunológico, esencial para los pacientes de cáncer. Pero aparte de esta enfermedad, otras muchas dolencias pueden ser tratadas a través de este método como el acné, asma, anemia, ansiedad y depresiones, cicatrices y contusiones, bronquitis, etcétera.